Según amplió el Gobierno, ese movimiento representa casi la mitad de sus fuerzas movilizadas para tal objetivo y no afectará las operaciones en la semidesértica subregión africana.
Esos efectivos -desplegados en febrero como parte de la llamada Fuerza G5 Sahel- se hallan en la zona de la triple frontera entre Malí, Níger y Burkina Faso.
El portavoz del Gobierno chadiano y ministro de Comunicación, Abdéramane Koullamallah, restó importancia a esa decisión a valorar la disminución de las tropas y amplió: ‘Esta fuerza era demasiado pesada. Decidimos dejar una más ligera, más adaptada al terreno’.
Esa decisión fue consultada con el comando de la fuerza G5 Sahel, declaró el titular, y afirmó que ese movimiento de personal ‘no tiene absolutamente ningún impacto en la capacidad de las tropas chadianas para desempeñar su papel de impulsoras en la lucha contra el terrorismo’, según difundió por el portal digital Tchadinfos.
No obstante, otros medios de prensa comentaron que esa decisión la motiva un desacuerdo entre N’Djamena y los otros integrantes de la fuerza antiterrorista -Burkina Faso, Malí, Mauritania y Níger- sobre las condiciones del mantenimiento de los efectivos.
Los 600 militares se ubicarán en el norte chadiano, donde el país enfrenta varios desafíos de seguridad, incluyendo el interés insurgente en ingresar desde esa zona en esta capital.
jcm/mt