El don de la unanimidad y las ovaciones sentidas, llegan a propósito del centenario de su nacimiento, diríase de un gigante de la actuación, escritor y con méritos notables para hacerse de un sillón en la Real Academia de la Lengua Española.
Si no lo recuerdan es fácil traerlo a la memoria. Belle Epoque, de la mano de Fernando Trueba y con un reparto de lujo que le granjeó a la película el Oscar en 1993; Todo sobre mi madre; Plenilunio; La lengua de las mariposas; y más atrás, La Colmena, Fortunata y Jacinta, El abuelo, Maravillas y Pobre mariposa.
Encasillarlo sería imposible. Se le daba muy bien la comedia, pero también la dramaturgia en sus lugares más serios y oscuros. Y este repaso brilló además en La corte del Faraón, La mitad del Cielo, Stico y El viaje a ninguna parte.
Para más curiosidad, él mismo decía que nació en Lima, Perú, el 28 de agosto de 1921, pero como su madre, la actriz de teatro Carola Fernán Gómez, andaba de un lugar a otro, terminaron por inscribirlo en Buenos Aires, Argentina.
Así llevaba con orgullo su doble nacionalidad argentina y española, sin dejar de mencionar nunca su capítulo limeño.
Este viernes, el ministro de Cultura, Miqel Iceta, encabezó el acto de entrega a la familia de Fernando Fernán Gómez de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X, concedida en 2007, la cual custodiaba hasta ahora la Filmoteca Española.
En paralelo, el teatro de Madrid que lleva el nombre del cineasta fallecido en 2007, le rendirá tributo con una serie de actividades en las que participarán José Sacristán, Ramón Barea, Manuel Gutierrez Aragón, entre otros.
Hasta el 31 de diciembre, el teatro Fernán Gómez ofrecerá obras de teatro, lecturas dramatizadas o proyecciones de películas en homenaje al emblemático académico.
Una obra de su propia autoría que se convirtió en película, El viaje a ninguna parte, se presentará en una adaptación teatral de Ignacio del Moral, bajo la dirección de Ramón Barea.
El centenario de Fernando Fernán Gómez se celebrará asimismo en octubre con la proyección de un ciclo de sus cintas, coloquios con invitados de lujo como Gutierrez Aragón, y otra obra de teatro para la dirección de José Sacristán.
Cinco Premios Goya, un Donostia de San Sebastián, dos Osos de Plata de la Berlinale, Príncipe de Asturias, junto con los Oscar compartidos por Belle Epoque y Todo sobre mi madre, hablan por sí solos de una brillante carrera.
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