Los comentarios del diplomático ocurrieron después de dos ataques suicidas con bombas cerca del aeropuerto internacional Hamid Karzai en Kabul este jueves, que causaron la muerte de al menos a 90 personas, entre ellas 13 soldados estadounidenses.
‘Así que la cuestión no es que los talibanes controlen el país ahora mismo; los talibanes realmente no lo controlan y nadie lo hace y es un caldo de cultivo para este tipo de acciones’, dijo durante un programa de la CNN.
Según el embajador (2002-2003 y 2011-2012) ‘eso es lo que nos trajo el 11-S (en referencia a los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001). Ahora tenemos la misma dinámica’.
Crítico por la retirada de Afganistán, la semana pasada el diplomático declaró a un periódico del estado de Washington que tiene ‘algunas dudas graves’ sobre la ‘capacidad del presidente Joe Biden para dirigir nuestra nación como comandante en jefe’ tras la toma de Afganistán por los talibanes.
Los senadores Josh Hawley (Missouri) y Marsha Blackburn (Tennessee) se unieron la víspera a una ola de republicanos que pidieron la dimisión de Biden, una demanda que aumentó en las horas posteriores a los hechos en Kabul.
Blackburn escribió en su cuenta de Twitter que no solo quiere la renuncia de Biden sino también de la vicepresidenta Kamala Harris, del secretario de Estado Antony Blinken, del secretario de Defensa Lloyd Austin y del jefe del Estado Mayor Conjunto Mark Milley.
La semana pasada, la senadora exhortó al presidente a que despidiera su equipo de seguridad nacional, incluido el asesor en la materia, Jake Sullivan.
El representante Byron Donalds (R-Florida) exigió a Biden que ‘dimitiera inmediatamente’, citando una ‘retirada chapucera’ de Afganistán.
Además, la presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes, Elise Stefanik (Nueva York), el congresista Jim Banks y el senador Lindsey Graham (Carolina del Sur) expresaron que el mandatario no está apto para ocupar el cargo.
Casi 20 años de invasión y ocupación del país centroasiático por Estados Unidos y sus aliados en nombre de la lucha contra el terrorismo, no hicieron a esa nación más gobernable y lo que esperaba Biden fuera su principal logro en política exterior resultó un desastre, en opinión de observadores.
Billones de dólares del contribuyente gastados, dos mil 400 militares estadounidenses muertos (sin mencionar a los cientos de miles de víctimas afganas, en su mayoría, civiles), es el saldo de ‘otra guerra perdida’ por Estados Unidos, a juicio del documentalista Michael Moore.
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