Bautizado por sus compatriotas como El Caballo Mayor, Juan de Dios Ventura Soriano, su nombres completo, nacido un 8 de marzo de 1940 en esta capital, fue cátedra y leyenda del reconocido merengue dominicano.
Su extensa trayectoria está ligada a su grupo El Combo Show, con el cual popularizó temas como Pitaste, La resbalosa, El Tabaco es fuerte pero hay que fumarlo, Cuidado con el Cuabero, ¿Tú Sabes a Que Yo Vine?, entre otros.
En su carrera destacan 105 producciones discográficas, 28 discos de oro, dos de platino, un Grammy Latino y un Grammy a la Excelencia por su trayectoria, además de que sus piezas forman parte del repertorio de numerosos artistas del planeta.
Fue amante de la música desde muy joven cuando en el colegio participaba como cantante, bailarín, y animador en las actividades culturales.
El año 1961 marcó el despegue del artista cuando entró en la agrupación del percusionista Donald Wild y después al Combo Caribe de Luis Pérez, hasta que en 1965, ya con su orquesta, grabó para el sello Fonograma los discos de larga duración La Coquetona, La Resbalosa y El turun tun tun.
El Combo Show fue declarado, en nueve ocasiones, como Agrupación del Año por la prestigiosa revista norteamericana Record World; asimismo, Ventura compuso el 70 por ciento de la música que interpretó y fue arreglista de, por lo menos, el 80 de su música grabada.
Dominicana, el país que tanto amó, le dio todos los premios a los cuales sus artistas tienen acceso, y forma parte del exclusivo grupo de quienes recibieron El Soberano, el más alto galardón otorgado por la Asociación de Cronista de Arte.
También, fue condecorado por el Congreso de su país a principios del 2000 como el merenguero del Siglo.
Durante su vida artística paseó por diferentes países del mundo, entre ellos, Puerto Rico, Haití, Aruba, Canadá, Jamaica, Venezuela, Curazao, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Costa Rica, Guatemala, México, San Martín, Martinica, Guadalupe, Nicaragua, El Salvador y Cuba.
En Europa visitó casi todo el continente y en los Estados Unidos estuvo en casi todos los estados y ciudades de la Unión.
Mantuvo una relación especial con los cubanos, vale recordar la admiración que sentía por Benny Moré de quien dijo el día de su muerte ‘fue el más triste de su vida’.
Estuvo en la isla en 2015, para participar en el 35 Festival del Caribe, la Fiesta del Fuego, oportunidad en la cual la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), lo reconoció con el Premio Internacional Miguel Matamoros.
Luego de conocerse su deceso, fueron muchos los saludos de personalidades del mundo artístico, político y social, tanto nacional como del extranjero, que llegaron a su familia.
El actual presidente del país, Luis Abinader, escribió en las redes sociales: ‘Nos unimos al dolor que agobia a la familia (de Ventura) en estos tiempos difíciles. Su legado vivirá para siempre en sus canciones y en la cultura dominicana’.
Asimismo, el expresidente Leonel Fernández lo calificó como un símbolo de la dominicanidad y un hombre del pueblo, que revolucionó la música y convirtió al merengue en un patrimonio cultural.
Por su parte, hubo mensajes, entre otros, de la cantante de Puerto Rico, Olga Tañón, para quien fue ‘un gran defensor del merengue en el mundo entero’, y el cantante nicaragüense Luis Enrique aseveró que Ventura ‘dejó huella en el corazón de quien le conoció’.
Mientras Prince Royce indicó que su ‘música siempre será parte de la banda sonora de nuestras vidas y tu legado un orgullo para nuestro país y nuestra gente’.
Muchos quisieron despedirse de él físicamente, en contactos con sus familiares y a través de las redes, reflejo de la popularidad y dedicación al arte de esa figura cimera de la mitad de la isla.
Es válido destacar que se graduó de jurista con los máximos honores de la Universidad de la Tercera Edad, en Santo Domingo, y recibió innumerables reconocimientos de varios gobiernos y alcaldías del mundo, en donde fueron concedidas las llaves de las respectivas ciudades.
Sin dudas, Juan de Dios, Johnny o el Caballo Mayor, como prefieran llamarlo, dejó una huella imborrable en su pueblo y entre quienes admiraron su arte en diversas partes del mundo.
Usted partió, Don Johnny, no obstante, su obra quedó para la posteridad y su eterna sonrisa acompañará cada merengue o cada baile en los que su presencia siempre estará.
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