En Afganistán 14 millones de personas -una de cada tres personas- sufren una aguda inseguridad alimentaria y necesitan ayuda humanitaria urgente, según la FAO.
El apoyo agrícola urgente ahora es clave para contrarrestar el impacto de la sequía y el empeoramiento de la situación en las vastas zonas rurales en las próximas semanas y meses, aseveró el director general de la FAO, QU Dongyu.
La combinación de la sequía, el impacto de la Covid-19 y el desplazamiento generalizado debido a la guerra de dos décadas tras la invasión de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) golpean duramente a las comunidades rurales afganas, sobre todo a los agricultores y pastores, quienes son la columna vertebral de la economía del país.
Si no se ayuda a las personas más afectadas por la aguda sequía, un gran número de ellas se verá obligada a abandonar sus granjas y a desplazarse a otras zonas, lo cual supone una amenaza más para la estabilidad de Afganistán, acotó el director general de la FAO.
La organización pretende ayudar a 250 mil familias de agricultores vulnerables -unos 1,5 millones de personas- para la próxima temporada de trigo de invierno. La siembra comienza a finales de septiembre y se extiende hasta octubre en muchas zonas.
Sin embargo, los fondos actuales solo permitirán ayudar a 110 mil familias, pues hay un déficit de financiación de 18 millones de dólares en apoyo del Plan de Respuesta a la Sequía de la FAO en Afganistán.
Richard Trenchard, representante de la FAO en Afganistán, dijo que si los campesinos del país no consiguen las semillas que necesitan con urgencia para fines de septiembre o principios de octubre, la temporada de trigo de invierno será un desastre para millones de agricultores y consumidores.
Hay una previsión de que la actual cosecha será un 20 por ciento inferior a la del año pasado y un 15 por ciento por debajo de la media debido a la aguda sequía.
Los pastores y ganaderos locales también necesitan ayuda urgente para contrarrestar el impacto de la sequía para la próxima temporada de invierno.
Se estima que tres millones de animales están en peligro, en medio además del alza del precio de los forrajes y los piensos.
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