Activistas locales citados por la agencia oficial SANA atribuyeron el ataque a grupos de resistencia popular que emboscaron a militares estadounidense e integrantes de la milicia separatista FDS en el campo gasífero de Koniko donde el Pentágono estableció una base militar.
Semejante ataque ocurrió contra un punto de control de la referida milicia en la localidad de al-Shujel en la misma provincia y causó lesiones a un armado.
La FDS, de mayoría kurda, domina la mayor parte de la región siria de Al-Jazira, rica en petróleo, y recibe armas, dinero y adiestramiento de Washington.
Prácticas como el reclutamiento obligatorio de jóvenes, el servilismo a Estados Unidos, el robo del crudo y de los cultivos, además del desalojo de familias de sus casas por su cercanía a las bases norteamericanas provocaron la indignación de los pobladores que incrementaron sus acciones de protesta y resistencia armada contra esa agrupación.
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