Según el texto oficial los empleados y voluntarios cuya actividad se incluya en los ‘lugares, establecimientos, servicios o eventos’ enumerados por el Ministerio de Trabajo, incluidos bares, teatros, autobuses o aviones interregionales, parques de atracciones, zoológicos, ferias y algunos centros comerciales, deberán contar con un pase sanitario válido antes del 15 de noviembre.
Esta medida es obligatoria para más de 1,8 millones de trabajadores, y según advirtió el portavoz gubernamental, Gabriel Attal, tras ‘una semana de flexibilidad, pedagogía, rodaje, tolerancia’ vendrán las sanciones para los gerentes de los establecimientos, que serán quienes deban controlar a sus empleados.
Los trabajadores que no dispongan del pase (certificado de vacunación o test negativo con menos de 72 horas) podrán tomar vacaciones, teletrabajar, ser asignados a un puesto que no requiera esta medida de control o, incluso, podrán ser suspendidos sin sueldo.
Mientras, algunos sindicatos mostraron su rechazo a la nueva norma, y así el secretario general de la Confederación General del Trabajo, Philippe Martínez, anunció su apoyo a todos los empleados que denuncien su situación, pues la obligatoriedad del pase sanitario puede ser ‘fuente de discriminación’ y provocar la no renovación de contratos temporales.
Por su parte el sindicato SUD, de las Galerías Lafayette, en el centro de París, convocó una huelga por tiempo indefinido a partir de hoy.
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