Da Silva, plata en la impulsión de la bala en la misma categoría de la lid japonesa, logró este jueves una marca de 43,16 metros, récord paralímpico, para ganar su primera medalla de oro de la cita.
Al sudamericano lo escoltaron el iraní Mahdi Olad, subcampeón, con un registro de 40,60 y el italiano de origen cubano Oney Tapia, tercero (39,52).
En la jornada diurna del deporte rey, la delegación brasileña sumó además una presea de plata, de Marivana Oliveira en la bala F53, para los atletas de campo que tienen una discapacidad considerable en el movimiento del torso y de las piernas, y una ligera limitación del agarre de la mano.
Los de esa nación suramericana lograron otra de bronce por intermedio del saltador de largo Mateus Evangelista Cardoso, categoría T37.
Oliveira consiguió un envío de 9,15 metros en una prueba para secundar a la ucraniana Mariia Pomazan, titular (12,24), y aventajar a la checa Anna Luxona, tercera (8,60).
Por su parte, Cardoso llegó hasta los 6,05 metros en una prueba para los atletas que tienen el movimiento y la coordinación moderadamente limitados en un lado del cuerpo, y quedó por detrás del ucraniano Vladyslav Zahrebelny, monarca, con cota de 6,59, y del argentino Brian Lionel Impellizzeri, segundo (6,44).
Una de las grandes estrellas del atletismo paralímpico, la cubana Omara Durand, clasificó a la final de los 100 metros (T12), a disputarse en la jornada de la noche, para corredores que tienen una discapacidad visual.
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