Si bien ese escenario es actualmente símbolo de modernidad y prosperidad, en 1920 constituyó el punto de tráfico más denso del viejo continente, según los historiadores, con la presencia de trenes, tranvías, metros y la concurrencia diaria de 80 mil personas.
Ello determinó la colocación, el 1 de octubre de 1926, de una señal de cuatro caras, ubicada justo en el centro de la plaza y cercana a locales de moda en esas primeras décadas del siglo XX como el Café Josty y el Café Picadilly, conocido después como Kaffee Vaterland.
Ese último espacio fue de 1928 a 1943 un gran restaurante, con alrededor de un millón de visitantes anuales, y considerado por no pocos como el antecesor de la experiencia gastronómica de nuestros días; sin embargo, un incendio en 1943 aceleró su cierre 10 años más tarde.
La fama del establecimiento radica, especialmente, en las simulaciones meteorológicas en la terraza del Rin y bajo el lema ‘En Haus Vaterland se come bien, aquí cada hora es de tormentas eléctricas’, la iluminación de la sala adquiría varias tonalidades y aparecían truenos, relámpagos y nubes.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) la plaza sufrió la destrucción de numerosos locales y solo sobrevivieron al conflicto el restaurante Haus Huth y las ruinas del Hotel Esplanade, infortunio representado metafóricamente en la película El cielo sobre Berlín.
El sitio acoge todos los años al reconocido Festival de Cine de la capital alemana y durante su proceso de renovación surgieron la generalidad de los grandes rascacielos, complejos de edificios, un centro comercial y el acondicionamiento del terreno para el transporte público.
Creada en 2005, la festividad de las luces muestra plazas, calles, zonas históricas y monumentos contemporáneos, iluminados por artistas locales e internacionales con obras de videoarte; además, comprende varios eventos musicales, talleres de fotografía y jornadas de puertas abiertas en los sitios propuestos.
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