Seis años después de estos sangrientos ataques el juicio, considerado ‘histórico’ por su trascendencia, se prolongará durante nueve meses y se espera la asistencia de las casi mil 800 partes civiles constituidas, más de un centenar de testigos y unos 330 abogados.
El Ministerio del Interior extremó las medidas de seguridad, y para ello se construyó una sala especial en el interior del palacio de justicia, se desplegarán un millar de policías para velarán por la protección del edificio y se cerrarán al tráfico los alrededores del tribunal mientras dure la vista.
Veinte yihadistas serán juzgados por su papel en la organización de los atentados casi simultáneos perpetrados por tres comandos en el Estadio de Francia de Saint-Denis, en las terrazas de los cafés parisinos y en la sala de conciertos Bataclan.
‘La amenaza terrorista en Francia es especialmente elevada. Y cuando hay momentos especiales, fiestas religiosas (…) y juicios de atentados (…), obviamente la amenaza es aún mayor’, declaró hoy el ministro del Interior, Gerald Darmanin, antes del comienzo del proceso.
Tras la muerte de casi todos los autores de los atentados, el único miembro con vida de los comandos comparecerá ante el Tribunal, el ciudadano franco-marroquí Salah Abdeslam, quien permanece en silencio desde su detención en Bélgica cuatro meses después de los atentados.
Abdeslam, de 31 años, se enfrenta a una condena de cadena perpetua, mientras que otros diez sospechosos están acusados de ayudar en la organización de los atentados proporcionando armas, dinero o documentos de identidad falsos a sus autores, o haberles ayudado a llegar a Bélgica desde Siria.
Otras tres personas serán juzgadas en libertad condicional y seis dirigentes del EI lo serán en rebeldía, aunque cinco de ellos se presume que hayan muerto en Siria.
Philippe Duperron, padre de una víctima y presidente de la asociación ‘131115 Fraternidad y Verdad’, animó a los damnificados a ‘encontrar la fuerza para seguir adelante para mantenernos erguidos, para seguir viviendo, para estar en acción y, por lo tanto, la ira pasará a un segundo plano’.
A su vez Arthur Dénouveaux, presidente de ‘Vida para París’, otra asociación de víctimas de estos atentados, y superviviente del propio Bataclan, consideró este juicio como ‘una prueba necesaria, pero terrible’.
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