No faltaron tampoco las alabanzas al político socialista, quien murió este viernes de un paro respiratorio a los 81 años de edad.
Sus hijos, Vera y André, recordaron el amor de un padre y la comprensión de un amigo, y destacaron que rechazaba la arrogancia y cultivaba la humildad.
El mandatario Marcelo Rebelo de Sousa manifestó que fue un héroe sin querer serlo, en tanto el primer ministro Antonio Costa lo calificó de hombre excepcional y muy exigente.
Ambos intervinieron durante el acto oficial de despedida al político en el Monasterio de los Jerónimos, donde también recibió palmas de los presentes durante varios minutos, tal como sucedió antes a su salida del Picadero Real (museo del automóvil), donde se realizó el velorio en capilla ardiente.
Los aplausos siguieron durante su breve parada en el Palacio de Belén (sede presidencial) y a lo largo del recorrido hasta el cementerio de Altos de Sao Joao.
A la ceremonia asistieron además de políticos de todo el arco local, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres; el rey de España, Felipe VI, y el primer ministro de Cabo Verde, Ulisses Correia y Silva.
También estaban presentes el presidente del parlamento de Timor-Leste, Aniceto Guterres Lopes; el vicepresidente de Angola, Bornito de Sousa, y representantes de todos los Estados miembros de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa.
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