Ello explica la razón por la cual líderes de la fuerza azul viajaron desde Washington, D.C a California recientemente para sumarse a la campaña del ‘No’, que busca apuntalar a Newsom, de 53 años, en su silla hasta noviembre del próximo año, cuando podrá aspirar a la reelección.
El espaldarazo final lo recibió la noche de este lunes con la visita del presidente Joe Biden a Long Beach, al sur de Los Ángeles, pero antes salieron en defensa del gobernador la vicemandataria Kamala Harris, los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, entre otros.
A los votantes se les harán dos preguntas en la boleta de destitución: Primero, ‘sí’ o ‘no’ sobre destituir a Newsom, y en segundo lugar, se les pedirá seleccionar al eventual sucesor dentro de una lista de al menos 46 candidatos de todos los partidos.
El principal contendiente del actual gobernador es Larry Elder, un locutor afroamericano de 69 años, conservador y frecuente participante en las tertulias de Fox News con opiniones extremas de que el salario mínimo no debería existir y el cambio climático –como opina el expresidente Donald Trump- es un engaño.
Para el ocupante del Despacho Oval, acosado en el último mes por una crisis de salud pública con la Covid-19; militares, por el caos en Afganistán, y climáticas, por los incendios y huracanes, parece avecinarse un posible desastre político para su partido en la región, que con unos 39,5 millones de habitantes es la más poblada del país.
Biden necesita salir airoso de este trance, lo cual daría la medida de su influencia en un territorio donde es popular y lleva años teñido de azul.
Medios locales recuerdan que el esfuerzo original para destituir al político, electo en 2018 con más del 60 por ciento de los votos, fue presentado el pasado año por un grupo de californianos conservadores.
Los argumentos que esgrimieron entonces fueron críticas al demócrata por temas de inmigración, impuestos, pena de muerte y la crisis de las personas sin hogar en el estado.
Ahora se le suman los problemas con los devastadores incendios que consumen la parte norte del territorio; la fuerte sequía, que para algunos expertos es la peor en más de un siglo, y el alza en los índices de inseguridad en varias ciudades.
En todo esto los simpatizantes del partido republicano ven la oportunidad para lograr voltear el llamado Estado Dorado al bando conservador, por primera vez en 18 años.
‘Los ojos de la nación están puestos en California’, expresó Biden la víspera, consciente del impacto de la decisión que están por tomar, la cual ‘resonará en todo el país’.
Hay demasiado en juego, subrayó el mandatario al elogiar la gestión de Newsom durante la pandemia de Covid-19, una de las causas principales que motivó la estocada en su contra.
Según observadores, retener California sería una gran noticia en medio de un verano complejo para el partido en el poder: el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo cayó en desgracia por acosador sexual y tuvo que renunciar.
Mientras, Harris sufrió un desplome en su popularidad y el propio Biden no las tiene nada bien con las encuestas recientes.
Sin dudas, de perder Newsom peligraría el control del Senado por parte de los demócratas, porque el gobernador entrante tendría la facultad de nombrar a quien reemplace a la legisladora Dianne Feinstein, de 88 años y próxima al retiro, lo cual complicaría aún más el avance de la agenda de Biden en el Capitolio.
Por lo pronto millones de personas ya emitieron su sufragio por correo, aunque los republicanos esperan que les vaya mejor en el día de las elecciones debido a la preferencia de su partido por votar en persona, comentó la CNN.
La primera y única destitución que resultó exitosa en el estado fue en 2003, cuando los californianos votaron para revocar el mandato del gobernador demócrata Gray Davis y reemplazarlo por el republicano Arnold Schwarzenegger, pero ese es un antecedente que los azules prefieren no recordar.
npg/dfm
