En un acto oficial, en presencia de la saliente titular Amelia Flores, el presidente Alejandro Giammattei juramentó a Coma, quien antes se desempeñaba como viceministro de Hospitales, una de las áreas más golpeadas aquí por el coronavirus SARS-CoV-2 y sus distintas variantes, en particular, la delta.
Flores confirmó oficialmente su renuncia el pasado martes por razones de índole personal, según un comunicado de la Secretaría de Comunicación del Gobierno, en el cual se destacó la ‘dedicación en situaciones difíciles de la exfuncionaria y su compromiso de servicio al país’, desde el 19 de junio del pasado año.
Este es el tercer cambio de ministro en el gabinete de Giammattei, pues antes en medio de la presión popular por el mal manejo de la pandemia tuvo que sustituir a Hugo Monroy a solo cinco meses de asumir la titularidad del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (Mspas).
Flores también ha estado en el centro de las críticas de organizaciones sociales e incluso, el Congreso fijó para finales de septiembre dos interpelaciones para rendir cuenta de sus funciones.
Coma le acompañó en todos estos meses de dura lucha contra la enfermedad por el alza de contagios (tercera ola), colapso de hospitales temporales y nacionales, así como falta de medicamentos y recurso humano para hacer frente a la alta demanda de camas para pacientes graves y moderados.
En la práctica ya estaba al frente del Mspas desde la segunda semana de agosto, cuando la anterior ministra se alejó primero por una recaída de la enfermedad Covid-19 y luego, por el fallecimiento de su madre, aunque se supo que ya desde entonces había pactado su renuncia con Giammattei, quien le pidió esperar hasta hoy mientras entregaba el puesto.
Coma, con basta experiencia en la dirección de centros hospitalarios en sus distintas áreas, aceptó el reto a pesar de que días atrás en una entrevista al diario Prensa Libre manifestó que no tenía pensado sustituir a Flores e incluso valoraba si seguía como viceministro, pues había entrado al equipo de manera temporal.
Lo cierto es que en medio de una crisis sanitaria aguda, con agotamiento del personal de salud y escasez de recursos, le tocará llevar a la práctica una Ley de Emergencia para la atención de la Covid-19 aprobada por el Congreso la semana pasada con plazo de tres meses y en función de agilizar compras de insumos y readecuar presupuesto.
Tampoco partirá de cero, pues estuvo durante cuatro días en los debates de instancia de Jefes de Bloques para asesorar a los diputados sobre el funcionamiento y demandas del Mspas.
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