Tras 16 años en el poder, Merkel es vista en su país y en el continente como una líder que supo sortear sucesivas crisis y mantener unida a la región, según analistas.
Sondeos de opinión revelan que los germanos votarían otra vez por la actual jefa de gobierno mientras que el líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) se hunde en el pozo de la impopularidad.
Esa aparente paradoja se debe a inconsistencias en la labor de Laschet, actual primer ministro del estado de Renania del Norte-Westfalia, el más poblado de Alemania, ante las inundaciones que afectaron el país en agosto y frente a la pandemia de la Covid-19.
A raíz del evento climatológico salieron a la luz fallas en el sistema de alerta temprana, así como deficiencias en los operativos de rescate y salvamento.
Durante visitas a las zonas afectadas, Laschet tuvo reacciones ante las cámaras de televisión que fueron calificadas de ‘ofensivas’ y lo obligaron a disculparse públicamente.
Es un político de vieja data que ingresó en el Bundestag (cámara baja del Parlamento) en 1994, donde integró la Comisión de Cooperación Económica y Desarrollo y la Comisión de Asuntos de la Unión Europea.
Tras las elecciones al Parlamento regional de 1999, fue elegido eurodiputado y asumió diferentes tareas.
Ante su repentina impopularidad, luego de encabezar las encuestas durante buen tiempo, Merkel salió al rescate y entró de lleno en el ruedo electoral para tratar de transferirle energía a la campaña de su candidato al que calificó como el jefe de gobierno ‘ideal’.
De su lado, Laschet arremetió contra el aspirante socialdemócrata y líder en la intención de voto, Olaf Scholz, alertó sobre un posible pacto con La Izquierda si esa fórmula resultara vencedora, y definió dicha opción como ‘incompatible con la política exterior de la Alemania actual’.
Los más recientes sondeos de opinión ubican a los socialdemócratas con una diferencia que oscila alrededor de los cinco puntos porcentuales sobre la coalición de gobierno integrada por los democristianos de la CDU y los socialcristianos de la CSU.
En ese escenario Laschet conformó un equipo de trabajo integrado por ocho ‘expertos’ para dar un nuevo impulso a su campaña.
Cuatro hombres y cuatro mujeres integran el grupo donde aparecen especialistas en finanzas, clima, seguridad, educación, familia, cultura y temas digitales.
Dentro de pocos días los electores alemanes irán a las urnas para votar por los 709 diputados que conformarán el Bundestag.
Los legisladores elegirán al sustituto de la actual canciller federal, quien por 16 años llevó las riendas del país y ahora cifra sus esperanzas en Laschet para extender su legado.
El escenario se muestra muy complejo para el heredero que enfrenta el empuje de Scholz, quien funge como vicecanciller del país y tiene vasta experiencia en el ruedo político.
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