González, uno de los 10 republicanos de la Cámara de Representantes que votaron a favor de la destitución de Trump tras el motín del 6 de enero en el Capitolio, declinó presentarse a la reelección el año que viene en un partido que sigue esclavizado por el expresidente, apuntó el diario.
El político cedió su escaño después de solo dos mandatos en el Congreso en lugar de competir contra un oponente en las primarias respaldado por Trump.
Su decisión de no luchar por mantenerse en la plaza se debió a consideraciones familiares y las dificultades que conlleva vivir entre dos ciudades.
Sin embargo, dejó claro que la tensión no hizo más que empeorar desde su voto de destitución, tras el cual fue inundado de amenazas y temió por la seguridad de su esposa e hijos.
El político conservador apoyó en gran medida la agenda del expresidente. Sin embargo, empezó a romper con Trump y los líderes republicanos de la Cámara de Representantes cuando trataron de bloquear la certificación de la votación presidencial del año pasado, reseño el Times.
En las próximas primarias partidistas debía enfrentar a Max Miller, un exasesor de la Casa Blanca que fue respaldado por el expresidente en febrero.
Gonzales reconoció que no podía soportar la perspectiva de ganar si eso significaba volver a un caucus republicano de la Cámara dominado por Trump.
‘Políticamente el ambiente es tan tóxico, especialmente en nuestro propio partido ahora mismo’, dijo. ‘Puedes luchar hasta el cansancio y ganar esto, pero ¿vas a ser realmente feliz? Y la respuesta es que probablemente no’, dijo después de su decisión.
Trump representa nada menos que una amenaza para la democracia estadounidense, dijo, y aseguró que no cree que pueda volver a la Casa Blanca. ‘La mayor parte de mi energía política se gastará en trabajar en ese objetivo exacto (evitar un triunfo del exmandatario)’.
En sus valoraciones el legislador señaló que seguir con Trump es ‘horriblemente irresponsable y destructivo para el país’.
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