El canciller egipcio, Sameh Shoukry, enfatizó en la necesidad de reactivar el proceso de paz, detenido desde 2014, durante una conversación telefónica este domingo con su contraparte israelí, Yair Lapid, precisó en un comunicado el portavoz del ministro de Relaciones Exteriores local, Ahmed Hafez.
El intercambio entre ambos funcionarios ocurrió seis días después de la visita del primer ministro israelí, Naftalí Bennett, al balneario de Sharm El Sheikh, ubicado en el extremo sur de la península de Sinaí, en lo que supuso el primer viaje desde 2011 de un Jefe de Gobierno de esa nación a Egipto.
Allí fue recibido por el presidente Abdel Fattah El Sissi, con quien intercambió criterios sobre una eventual reactivación del proceso de paz, entre otros temas de interés bilateral.
Con una histórica influencia regional, las autoridades del Cairo intensificaron sus esfuerzos para sentar a ambas partes en la mesa de negociaciones y resolver el conflicto basado en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y el derecho internacional.
En 1979 Egipto fue la primera nación árabe en rubricar un acuerdo de paz con el Estado judío y en las últimas décadas devino mediador esencial entre Tel Aviv y los palestinos.
Con ese objetivo, esta capital acogió días atrás una cumbre tripartita, que incluyó a Jordania y a la ANP y en la cual se abogó por el diálogo.
Otro paso en ese sentido fue la visita el 18 de agosto del jefe de la inteligencia egipcia, el general Abbas Kamel, a Tel Aviv y Ramala, donde se reunió con Bennett y el presidente palestino, Mahmud Abbas.
Aunque en reiteradas ocasiones la ANP afirmó estar lista para retomar las conversaciones, desde el Estado judío las declaraciones indican todo lo contrario.
Durante su visita el pasado mes a Estados Unidos, Bennett dejó claro su rechazo a entrevistarse con el liderazgo palestino y a la creación de un Estado para ese pueblo.
Conocido por sus posturas de derecha y ultranacionalista, el jefe del partido Yamina aseguró al diario norteamericano The New York Times que no habría una solución al conflicto en un futuro previsible.
Una semana después, durante una videoconferencia con dirigentes de organizaciones judías estadounidenses, el primer ministro ratificó su posición.
Justificó la postura por la decisión de Abbas de apoyar las investigaciones de la Corte Penal Internacional por los crímenes cometidos por Tel Aviv en la franja de Gaza y Cisjordania, incluida Jerusalén oriental.
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