El propósito fundamental de los ejercicios a gran escala es ‘aumentar el potencial de defensa de Ucrania y mejorar la compatibilidad con las Fuerzas Armadas de los Estados miembros de la OTAN’, indicó el servicio de prensa de la cartera de Defensa de este país.
En las prácticas hasta el 30 de septiembre participan alrededor de 12 mil 500 efectivos, más de 600 piezas de armamento y equipo militar. También se prevé la participación de un grupo de expertos del Mando Estratégico de la OTAN, indicó la agencia rusa de noticias TASS.
Antes, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhny, dijo que estas maniobras son ‘exclusivamente de naturaleza defensiva’ y fueron concebidas para fortalecer las capacidades defensivas del país y para hacer frente a una agresión armada.
Sin embargo, el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Belarús, Victor Gulévich, denunció el aumento de las fuerzas de la OTAN cerca de los límites territoriales de su país.
El también primer viceministro de Defensa llamó la atención sobre la intensidad de los entrenamientos en territorio de países vecinos, además del alto número de tropas y de diversos sistemas de armas involucrados.
Advirtió que hasta agosto pasado, el número de participantes en los ejercicios Defensor-Europa ascendió a más de 40 mil militares de 24 países, y las regiones del ejercicio se trasladaron, sobre todo, al sureste del país, en territorio ucraniano.
Rusia, por parte,aseguró que sus mayores preocupaciones se concentran al suroeste del país, en sus límites con el Donbass ucraniano, además de la península de Crimea y el mar Negro, convertido en el mayor teatro de operaciones militares marítimas de la región.
En los últimos meses, Ucrania prestó su territorio para los ejercicios militares conjuntos Bucear, Cossack Mace, Brisa Marina, la mayoría con la participación de militares estadounidenses, de la OTAN y sus aliados.
Al respecto, Yuri Pilipson, director del Cuarto Departamento Europeo de la Cancillería rusa, reiteró que tales acciones afectan la seguridad de la región.
‘Es bastante obvio que este tipo de entrenamiento provoca, y no previene, situaciones de conflicto’, dijo. Subrayó además esa escalada de tensión en las fronteras conlleva una carga de posible confrontación.
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