El 60 por ciento del agua en Siria provienen de fuentes desde fuera de las fronteras, lo cual hace que el proceso de control y gestión esté sujeto a muchos factores externos, afirmó el titular durante su intervención en el Quinto Foro Árabe del Agua celebrado en Emiratos Árabes Unidos.
Denunció que las fuerzas turcas desplegadas en Siria interrumpen el funcionamiento de una planta de agua que abastece a un millón de habitantes en la región del nordeste del país.
Esta medida es inhumana y causa sufrimiento severo de la población que enfrenta la sequía, el calor del verano y la pandemia de la Covid-19, manifestó.
Deploró que Ankara redujo también el caudal de agua en el río Éufrates hacia Siria a menos de la mitad de la cantidad de agua estipulada en el protocolo firmado, lo cual provocó daños en las zonas agrícolas habitualmente beneficiadas con dicha corriente fluvial.
Esto agrava la vulnerabilidad social, obstaculiza el desarrollo y el regreso de los desplazados a sus pueblos y ciudades, y amenaza, según denuncia el ministro, a más de tres millones de personas con quedarse sin agua potable.
Raad abogó por la cooperación y coordinación entre los países árabes en el ámbito de las aguas internacionales y la promoción de la integración para lograr la seguridad hídrica.
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