Los grupos desfilaron visiblemente más armados con spray y pistolas de pintura para pintarrajear monumentos y vidrieras, y con artefactos contundentes como martillos, mandarrias y tubos con lo cual desvirtúan el sentido de las protestas.
Ellas aducen que es la única forma de hacerse visibles. Previendo acciones de esa naturaleza, las cuales se repiten desde hace unos dos años, autoridades del gobierno capitalino blindaron el patrimonio de la ciudad, mientras que negociantes forraron con paneles las vidrieras de sus establecimientos.
Las mujeres lograron penetrar al zócalo donde no se les había dado permiso y apartaron todas las vallas colocadas para impedir su paso, mientras que las fuerzas policiales femeninas, únicas que actúan en estos casos, usaron bombas de humo pero sin lograr dispersarlas.
La justificación fue exigir la despenalización del aborto aun cuando la mayoría de los estados del país ya lo han hecho, incluida la Ciudad de México, por lo cual sectores del oficialismo consideran que se trata de una nueva provocación de la derecha que manipula las demandas y razones de quienes ejercen su derecho a protestar.
jha/lma