Caspa, un comentarista en medios hispanos como La Opinión y el diario El Nuevo Herald, señaló en un análisis que puede ser que la Cámara de Representantes y el Senado cambien de color después de las elecciones intermedias de 2022, pero ese resultado es algo improbable a causa de los problemas que trae Trump al partido rojo.
En las elecciones especiales de 2021 para las curules del Senado de Georgia, Trump no solo decidió meter las manos en el proceso electoral, sino embarrarlas profundamente. El resultado a favor de los candidatos demócratas, Jon Ossoff y Raphael Warnock, pero, al mismo tiempo, resultó ser un hecho sin precedentes, apuntó.
Georgia siempre tuvo una identidad conservadora, pero el exmandatario la convirtió en un estado indeciso. Mientras no desista de su protagonismo enfermizo, a los republicanos les irá de mal en peor, subrayó.
Es que Trump sembró un precedente tóxico en la sociedad estadounidense, afectó a los republicanos y muchos partidarios moderados buscan otra alternativa política, indicó el investigador.
Ejemplificó que Joe Biden venció en Wisconsin, Pennsylvania y Michigan debido a que el voto independiente, muchos de los cuales fueron republicanos Reaganista que terminaron por apoyarlo.
Aun si vuelven a tener la mayoría en el Congreso, sostuvo, la movilización contra la corriente de Trump va a ser por todos los sectores de la nación. No dejarán que el país vuelva a otra odisea maligna que casi le cuesta su institucionalidad con Trump al timón del país.
Caspa, miembro de EOTM, grupo que se dedica a la economía en proyectos de enseñanza y desarrollo en todo el mundo, concluyó que incluso si el trumpismo dura otros cuatro o cinco años, la carrera política del expresidente está terminada antes de volver a reiniciarla.
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