Una terrible explosión de violencia entre presos pertenecientes a bandas rivales provocó más de 100 muertos y numerosos heridos, señaló el sumo pontífice en un comentario al concluir el rezo dominical del Ángelus en la Plaza de San Pedro.
Oro por ellos y sus familiares, expresó Francisco, quien pidió a Dios ‘nos ayude a sanar las llagas del crimen que esclaviza a los más pobres’ y ‘ayude a quienes trabajan cada día para hacer más humana la vida en las cárceles’.
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