Conocida como la Casa Humboldt, la infraestructura en ladrillo y madera sirvió de cobijo al científico en 1802, cuando estuvo por esas tierras andinas para observar y estudiar la flora y la fauna, así como el entorno, devenido en punto importante para el abasto de agua a Quito, la capital ecuatoriana.
Hoy, la edificación vuelve a recobrar vida con un proyecto entre Ecuador y Alemania, con el fin de crear un museo y recuperar la relevancia del lugar.
El Fondo para la Protección del Agua, la Empresa de Agua de Quito y la Embajada alemana son las instituciones que ejecutarán la iniciativa, destinada a la restauración de la casa y posteriormente darle uso como centro de investigación científica y espacio para resaltar la importancia de la conservación de los páramos y el preciado líquido.
De acuerdo con el plan, estudiantes de carreras vinculadas a la protección del medioambiente, la biología y la botánica, así como científicos, serán los principales visitantes del inmueble, ubicado a tres mil 900 metros sobre el nivel del mar, bajo la sombra de los gélidos glaciares del Antisana.
Explicar el cambio climático y estudiar las características de los páramos y de todo lo que rodea al imponente volcán son algunos de los proyectos a realizar desde el lugar que acogió a Humboldt, donde aún hay marcas de fuego para cocinar alimentos o proveer calor en medio del frío clima de esa montaña.
‘Humboldt tiene una gran importancia para la ciencia y la naturaleza, no solo por sus amplios conocimientos, sino porque era popular en su tiempo con sus mensajes dirigidos a promover el cuidado del ambiente’, afirmó el embajador de Alemania en Ecuador, Phillip Schauer.
A su juicio, revitalizar el sitio desde su esencia ayudará a mantener el legado del geógrafo, astrónomo y explorador, quien dejó huellas en la Mitad del Mundo.
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(Tomado de Orbe)
















