Los ecologistas, agrupados en la Organización no Gubernamental Greenpeace, usaron anuncios de corporaciones dedicadas a la extracción de combustibles fósiles para crear una barrera en torno al mayor embarcadero de Europa, reseña la prensa regional.
A bordo de kayaks y lanchas inflables los activistas izaron carteles y pancartas alrededor de la empresa anglo-neerlandesa, instando a los ciudadanos a sumarse a lo que denominaron ‘Revolución Libre de Fósiles’.
Los activistas, procedentes de Francia, Bélgica, Dinamarca, Alemania, España, Grecia, Croacia, Polonia, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría y Países Bajos, deberán recopilar al menos un millón de firmas verificadas en un año para obligar legalmente a la Comisión Europea a escuchar y responder a sus reclamos.
El objetivo de los ecologistas es ‘levantar el velo sobre la industria de los combustibles fósiles y confrontarlos con su propia propaganda’, según Silvia Pastorelli, activista y principal organizadora de la protesta. La publicidad usada por esas transnacionales se usa para ‘limpiar su imagen, engañar a los ciudadanos y retrasar la acción climática, afirmó Pastorelli, de acuerdo con medios de prensa locales.
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