En un encuentro con los primeros ministros de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, y de Australia, Scott Morrison, los tres países celebraron el 30 aniversario del ‘Protocolo de Madrid’ sobre el llamado Sexto Continente.
Sánchez remarcó que el calentamiento global de la atmósfera constituye un peligro real para la supervivencia a largo plazo de las comunidades marinas antárticas.
En la cita en el Museo Arqueológico Nacional denominada ‘Antártida: presente y futuro’, se examinaron los retos medioambientales terrestres y marinos y se pronunciaron por movilizar a la comunidad internacional para un acuerdo destinado a ampliar las áreas marinas protegidas en la Antártida.
Sánchez recordó que el ‘Protocolo de Madrid’, firmado en 1991, estableció un marco de protección integral para el medioambiente de la Antártida y prohibía de forma indefinida toda actividad relacionada con los recursos minerales, excepto la investigación científica.
‘Demuestra el valor del derecho internacional como herramienta eficaz para gestionar bienes
comunes’, ya que, como ha destacado, ‘la gobernanza antártica se basa en la confianza y la responsabilidad mutuas, ya que no existe una autoridad central que establezca las normas’, acotó.
El jefe del Ejecutivo español llamó a trabajar para ‘garantizar que la Antártida siga siendo un espacio libre y cooperativo para el desarrollo de proyectos científicos, en un marco de mutua confianza y cooperación internacionales’.
España tiene en la Antártida dos bases de investigación científica: la Juan Carlos I, inaugurada en 1988, y la Gabriel de Castilla, que empezó su funcionamiento un año más tarde.
Desde entonces, investigadores y técnicos españoles desarrollan proyectos científicos, de forma ininterrumpida durante el verano austral, en temas de cambio climático, contaminación, pingüinos y vulcanología.
Sánchez refirió que la preservación del Océano Austral es fundamental porque constituye un auténtico reservorio de especies. Mencionó como ejemplo el kril, un pequeño camarón cuya supervivencia depende de que no aumente la temperatura del océano, es fundamental para la
alimentación de numerosas especies de ballenas, pingüinos y peces.
España y el resto de los Estados Miembros de la Unión Europea apoyan las propuestas para crear tres nuevas Áreas Marinas Marinas Protegidas (añadidas a las dos existentes): la Antártida Oriental, la del Mar de Weddell y la de la península Antártica.
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