Al concluir la Audiencia General semanal, el sumo pontífice subrayó también su ‘vergüenza, nuestra vergüenza, mi vergüenza, por la incapacidad demasiado prolongada de la iglesia de ponerlas en el centro de sus preocupaciones, asegurándoles mi oración’.
Francisco comentó así la entrega del informe de la comisión investigadora independiente sobre abusos sexuales en la iglesia a la Conferencia Episcopal y a la de los religiosos franceses.
Animo a los obispos y a ustedes, queridos hermanos que han venido aquí para compartir este momento, animo a los obispos y superiores religiosos a seguir haciendo todos los esfuerzos para que no vuelvan a ocurrir tragedias similares, indicó.
En ese sentido, el papa manifestó ‘cercanía y apoyo paternal a los sacerdotes de Francia de cara a esta prueba, que es dura pero sana’, e invitó a los católicos franceses a asumir sus responsabilidades para que la iglesia sea un hogar seguro para todos.
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