Austria, Bulgaria, Chipre, República Checa y Dinamarca rubricaron el documento que describe esa medida de contención como válida para todo el continente, no solo para los miembros de la UE.
El portavoz comunitario Eric Mamer afirmó que la misiva, firmada además por Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia y Eslovaquia, ‘será respondida en su momento’.
La barrera, calificada de ‘medida legítima’, sería financiada con presupuesto comunitario, sentencia el texto.
El documento aborda la instrumentalización de la migración con fines políticos y en ese sentido afirma que la UE necesita adaptar el marco legal existente a las nuevas realidades.
Ese texto circuló horas antes de la reunión ministerial en la que los asistentes hicieron un balance sobre los escasos avances en las negociaciones para reformar la política migratoria y de asilo.
La comisionada europea del Interior, Ylva Johansson, opuesta a la petición de los firmantes, señaló que no le corresponde a la UE financiar la protección de las fronteras.
Estoy de acuerdo en que tenemos que hacer más para reforzar nuestros límites externos (…) pero no creo que para ello debamos utilizar financiación comunitaria, afirmó Johansson, según la prensa regional.
De su lado Ales Hojs, ministro de Interior de Eslovenia, país que ocupa la presidencia pro témpore del Consejo de la UE, se mostró a favor de la carta y dijo que las opiniones en relación al tema son divergentes.
No hemos firmado la misiva, pero la apoyamos, afirmó Hojs en representación de una nación que en 2015 decidió poner vallas en sus fronteras y financiarlas con presupuesto nacional.
En ese escenario, el Pacto europeo sobre Migración y Asilo sigue estancado en medio de denuncias de expulsiones en caliente en varios países del bloque regional, divulgadas en investigaciones periodísticas que señalan a la Policía de Grecia y Croacia por esas prácticas.
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