El diálogo concluyó en un punto muerto y ambas partes se acusaron mutuamente por ello, indicó el periódico The Hindu.
Un comunicado de la parte india señaló que su representación hizo ‘sugerencias constructivas’ para resolver las ‘áreas restantes’, mientras los militares chinos indicaron que su contraparte pronunció ‘demandas poco razonables o realistas.’
Las conversaciones se centraron en la elaboración de la tercera fase de la retirada del Punto de Patrulla 15 en la localidad de Hot Springs, como parte de la desescalada a lo largo de la llamada Línea de Control Actual, que separa provisionalmente los dos países más poblados de la Tierra y con armamento nuclear.
La parte india expresó que la situación a lo largo de frontera común es causa de los intentos de China de alterar el statu quo en violación de los acuerdos bilaterales y es necesario que el país vecino tome las medidas apropiadas para restaurar la paz y la tranquilidad.
Lo anterior estaría en consonancia con la orientación proporcionada por los respectivos cancilleres en su reciente reunión en Dushanbé, Tayikistán, donde acordaron resolver las cuestiones restantes lo antes posible, refiere una declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El titular de la diplomacia de la India, Subrahmanyam Jaishankar, y su homólogo de China, Wang Yi, intercambiaron puntos de vista sobre la situación a lo largo de la línea divisoria, al margen de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en la capital tayika.
Este domingo, al menos las dos partes acordaron elaborar nuevos protocolos de patrullaje para garantizar que no se repitan los incidentes.
Desde que comenzó el conflicto en mayo de 2020, los dos bandos sostienen conversaciones a diferentes niveles político, diplomático y militar, y como parte de los acuerdos alcanzados emprendieron la retirada de ambas orillas del lago Pangong en febrero y del Punto de Patrulla 17 en la zona de Gogra en agosto.
Las otras zonas de fricción que permanecen son Hot Springs, Demchok y Depsang. Los funcionarios dijeron que mientras un acuerdo para resolver el litigio en Hot Springs está al alcance, los casos de Demchok y Depsang son cuestiones difíciles de resolver.
Altos mandos militares de India y China se reunieron por última vez en julio en el punto fronterizo de Chushul-Moldo, en el lado indio.
Aquellas conversaciones duraron casi nueve horas y se convino resolver las cuestiones pendientes de manera expedita, según los acuerdos y protocolos existentes, así como mantener el impulso del diálogo y las negociaciones.
Esta última ronda de charlas tuvo lugar en el contexto de dos recientes incidentes entre tropas de India y del Ejército Popular de Liberación de China.
La semana pasada, efectivos de los dos países se enfrentaron brevemente cerca de Yangtse, en el sector de Tawang, en el estado indio de Arunachal Pradesh, pero el conflicto se resolvió en pocas horas tras los contactos entre los respectivos comandantes.
Las tensiones disminuyeron progresivamente desde el duro choque fronterizo que tuvo lugar en junio del año pasado en el valle de Galwan, en el este de Ladakh, cuando 20 soldados indios murieron en el enfrentamiento, mientras China citó cuatro víctimas de su lado.
Como resultado de conversaciones militares y diplomáticas, los dos ejércitos completaron en febrero de este año la retirada de tropas y armas de las orillas norte y sur del lago Pangong en el Himalaya, en línea con un acuerdo de repliegue de fuerzas y medios de combate para garantizar la paz.
India y China no comparten una frontera bien definida y demarcada, producto de una cruda herencia del colonialismo británico que se cierne como Espada de Damocles sobre ambos pueblos.
Como límite provisional existe la Línea de Control Real, extendida a lo largo de miles de kilómetros desde el territorio indio de Ladakh hasta el estado indio de Arunachal Pradesh.
Los colonialistas británicos dejaron las fronteras sin demarcar, lo cual después de la independencia se dejó a la interpretación de los interesados.
Desde 1993 se firmaron distintos acuerdos bilaterales para resolver este asunto de manera pacífica y mencionan que no se utilizarán medios militares al tratar la situación fronteriza.
Para muchos pacifistas ‘el baile del dragón y el elefante juntos’ es la única opción válida para China y la India, como sugirió en mayo de 2020 el embajador de Beijing en Nueva Delhi, Sun Weidong.
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