En una entrevista televisiva en esta capital el viceministro de Justicia, Sebastian Kaleta, afirmó que planea cambios ‘muy serios en ‘cientos de artículos y leyes’ para mostrar la ‘buena voluntad’ de su gobierno pero afirmó que esa decisión no está condicionada por ningún imperativo legal.
Esas declaraciones responden a reclamos al gobierno nacional desde la UE por temas relativos al Estado de Derecho, la independencia judicial y la libertad de expresión.
Las fricciones bilaterales llegaron a amenazar la permanencia de esta nación dentro de mecanismo regional pero días atrás primer ministro Mateusz Morawiecki ratificó su intención de mantenerse en el bloque.
El Tribunal Constitucional polaco decidió que algunos artículos de los tratados europeos eran ‘incompatibles’ con la Carta Magna y afectan a la soberanía de la nación.
Tras esa acción el comisario de Justicia del bloque comunitario, Didier Reynders, expresó su preocupación y advirtió que utilizaría ‘todas las herramientas’ disponibles para proteger la primacía del derecho comunitario.
En respuesta Morawiecki comentó en la red social Facebook que el lugar de Polonia está y estará dentro de la familia europea.
El diferendo bilateral constituye un nuevo episodio de las tensiones entre ambas partes en torno a las controvertidas reformas judiciales introducidas por el partido gobernante en Polonia, el conservador Ley y Justicia (PiS).
mem/ehl