En un diálogo interactivo virtual con la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, el embajador resaltó que la promoción y protección de esas garantías fundamentales deben guiarse por principios de imparcialidad, objetividad y no selectividad.
Además, apuntó, estos temas deben ser tratados por la comunidad internacional en un espíritu de diálogo y cooperación.
Gala también recordó que en marzo de 2020, Bachelet llamó al levantamiento de las llamadas ‘sanciones’ en el contexto de la pandemia de la Covid-19.
Desafortunadamente, enfatizó el diplomático, las medidas coercitivas unilaterales continúan aplicándose sin escrúpulos, con un devastador impacto.
Por ejemplo, añadió, Estados Unidos ha aprovechado la pandemia de manera premeditada para recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba de una forma sin precedentes.
Esa política contraviene la Carta de la ONU y el derecho internacional, viola los derechos humanos de los cubanos y es el principal obstáculo al desarrollo de la isla, subrayó.
Asimismo, resulta un grave obstáculo para la respuesta a la pandemia de la Covid-19 e impide a la mayor de las Antillas acceder a recursos médicos y sanitarias necesarios.
Pese al rechazo de la comunidad internacional y de las propias autoridades de la ONU, el bloqueo de Washington contra Cuba se mantiene y se ha recrudecido en el contexto de la crisis sanitaria.
Desde el inicio de la pandemia, la administración republicana del expresidente Donald Trump (2017-2021) incrementó 60 nuevas sanciones económicas contra la nación antillana.
En total, unas 243 medidas coercitivas unilaterales se aplicaron desde el comienzo de su mandato, las cuales mantiene ahora el mandatario estadounidense, Joe Biden.
A esto se suman actos subversivos, campañas de desinformación y la confrontación en el terreno comunicacional, a partir del empleo de herramientas digitales y redes sociales, que aprovechan la compleja situación económica derivada de la pandemia y su impacto en la economía, denuncian autoridades cubanas.
Estas acciones, resaltan, tienen como elemento añadido los llamados a la violencia y a crear desorden social en la isla caribeña.
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