Roussel recordó que los gravámenes representan el 60 por ciento del precio del litro de carburante, por lo que consideró que es posible ‘bajar los impuestos cuando sube el precio del barril de gasolina, para que no pese sobre el poder adquisitivo de nuestros conciudadanos’, dijo.
Al tiempo pidió más control sobre los distribuidores ‘para que repercutan la reducción de este impuesto en el precio de la gasolina’, y al Estado que ‘participe en la financiación del transporte público en las ciudades para que sea gratuito’, añadió.
En el caso del gas y la electricidad, el candidato comunista reiteró su propuesta de una ‘bajada del 30 por ciento de los impuestos en las facturas’, y acusó al Gobierno de estar ‘hinchando’ estas facturas pues ‘bloquea los precios después de las increíbles subidas y los mantendrá altos cuando bajen, para resarcirse de la pérdida de ingresos’, aclaró.
El líder del PCF consideró posible un movimiento como el de los ‘chalecos amarillos’, lanzado en noviembre de 2018, porque ‘en la lucha por la preservación del clima’ este Gobierno tiene como obsesión gravar las carteras de los franceses para obligarlos a cambiar sus hábitos, aseguró.
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