Después de rendir homenaje a las víctimas con una ofrenda floral en el puente de Bezons en el Sena, río al que fueron arrojados seres humanos asesinados en la trágica jornada, el mandatario emitió un comunicado sobre el tema, en el que solo mencionó al entonces jefe policial parisino Maurice Papon.
Francia mira a toda su historia con lucidez y reconoce las responsabilidades claramente establecidas, subrayó en el documento publicado por el Palacio del Elíseo.
El 17 de octubre de 1961 miles de argelinos salieron a las calles de esta capital en medio de la guerra que azotaba a su país, ocupado por Francia, para rechazar la discriminación y el toque de queda impuesto para controlarlos.
En aquel momento la movilización fue reprimida con saña por las autoridades, sin que se conozca con precisión la cifra de víctimas mortales, que algunos estudios sitúan en más de 200.
Según Macron, el país se debe a sí mismo el reconocimiento de las responsabilidades en la guerra de Argelia (1954-1962), a los jóvenes y a quienes sufrieron en la carne y el alma los crímenes de la contienda.
El jefe de Estado se convirtió en el primer presidente de la República en participar en el homenaje a los argelinos masacrados en París hace 60 años y con su postura fue más allá que su antecesor François Hollande, quien en 2012 admitió una ‘sangrienta represión’, estimaron fuentes gubernamentales.
Asimismo, mencionaron el compromiso del mandatario con las recomendaciones del informe Stora, relacionado con la colonización de Argelia y la guerra en esa nación africana.
Macron ordenó en marzo de este año la desclasificación de documentos considerados secretos por más de 50 años sobre la guerra de independencia de Argelia.
También ese mes reconoció la tortura y el asesinato en 1957 del militante independentista argelino Ali Boumendjel, cuya muerte fue presentada entonces como un suicidio.
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