En declaración emitida la víspera, durante su décimo encuentro, la agrupación patentizó el deber de defender las conquistas sociales de la isla, donde quiera que se encuentren, y censurar las sanciones que pesan sobre la familia por más de 60 años.
‘Denunciamos que el bloqueo ataca los más elementales derechos humanos del pueblo cubano y cercena el derecho de los ciudadanos y países del mundo a su libre determinación de comerciar con Cuba’, refiere el texto.
Por ello, la Amcrp exhorta a todos los gobiernos, organizaciones sociales, políticas y religiosas a pronunciarse en su contra en cada evento, fórum o espacio que sea oportuno.
Asegura que el restablecimiento en 2015 de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, hecho que todos calificaron de paso positivo, hoy resulta cada vez más empañado por las maniobras injustificadas y mal intencionadas de la actual administración de la Casa Blanca, que intenta complacer al ala más reaccionaria de la ‘mafia anti-cubana’.
El texto también rechaza las manifestaciones de odio y violencia de determinados sectores de la comunidad cubana en el exterior, que la Amcrp enfrenta en Panamá, así como ‘la política de linchamiento mediático contra exponentes de la cultura’ o paisanos que ‘no se pliegan al discurso de odio’.
Asimismo, desaprueba los llamados a intervenciones ‘humanitarias’ y a la intromisión en los asuntos internos de la nación caribeña; por el contrario, ‘seguiremos pidiendo amor, solidaridad y no bombas e invasiones’.
La Amcrp apoya el actual proceso de diálogo del Gobierno de la isla con todos los sectores de la sociedad, con el fin de garantizar un clima de paz y generar ideas que contribuyan al logro ‘de la nación soberana, de justicia social, solidaria y próspera a la que aspiramos’.
Entre las actividades desarrolladas por la agrupación en 2021 sobresale la incorporación a la campaña mundial Puentes de Amor, surgida en Estados Unidos, y la realización de varias caravanas automovilísticas por céntricas avenidas de esta capital para exigir el cese del asedio financiero, económico y comercial estadounidense.
Igualmente, los antillanos residentes en el Istmo se unieron a la recaudación de fondos para la compra de jeringuillas y otros insumos médicos con destino a los centros de salud de Cuba, enfrascados en combatir la peor crisis sanitaria que recuerde la humanidad en el último siglo debido a la Covid-19.
Las donaciones sumaron nueve millones de kits de jeringuillas y 20 mil dosis de medicamentos, en su mayoría antibióticos, entre otros materiales y accesorios como batas, gorros, guantes, bolsas de diálisis, mascarillas y test rápidos de antígenos.
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