Ursula von der Leyen, jefa del ejecutivo comunitario, y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, escenificaron la víspera duros intercambios ante el legislativo por temas relativos al clima y la recuperación posCovid-19.
El gobierno de Varsovia condicionó las reformas relativas al cambio climático a la aprobación por parte de la UE del fondo de recuperación pospandemia, lo que abrió otro capítulo en el diferendo bilateral.
Morawiecki expresó sus críticas contra lo que calificó de ‘chantaje’ por parte del mecanismo regional que a su vez manifestó preocupación por la situación del Estado de Derecho en Polonia.
El viceministro de Relaciones Exteriores polaco, Waldemar Duda, afirmó que ‘la secuencia de acontecimientos debe ser clara’.
Primero, los fondos de reconstrucción, después, la discusión sobre el paquete climático’, expresó el vicecanciller en entrevista a la cadena Polstan.
El plan de la UE plantea reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 55 por ciento para el año 2030, pero Varsovia también quiere que se tengan en cuenta sus ‘términos’.
Polonia es la nación europea más dependiente del carbón dentro del bloque integracionista pues cerca del 70 por ciento de su energía procede de ese combustible, según la agencia Bloomberg.
Formalmente la agenda de la cumbre incluye dos puntos críticos relativos al enfrentamiento a la crisis energética y la definición de la política migratoria común.
También se prevén intercambios sobre acciones contra la Covid-19, y temas relaciondos al comercio y la transición hacia una energía digital y baja en carbono.
Fuentes diplomáticas consultadas en Bruselas coincidieron en señalar que la intención de los líderes es tratar el tema Polonia pero evitar que la cumbre queda empantanada en un debate interminable, destaca la prensa regional.
El diferendo entre Bruselas y Varsovia incluye temas relativos al respeto del Estado de derecho en la nación de Europa oriental.
Los roces bilaterales llevaron a expertos internacionales a suponer un Polexit (salida de Polonia de la UE), acción desestimada más tarde por el ejecutivo de Morawiecki.
En ese escenario los gobiernos de Francia y Alemania evitarán un ataque generalizado a ese país y que la discusión sobre la situación domine por completo el encuentro.
De su Alemania se manifestó en favor de mantener abierto los canales de diálogo para evitar un Polexit por lo que la canciller federal germana, Angela Merkel, pudiera sostener un encuentro bilateral con Morawiecki, según la prensa regional.
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