Así afirmó el secretario de Organización y Política de Cuadros del Partido Comunista de Cuba (PCC), Roberto Morales, durante el II Pleno del Comité Central, que sesiona este fin de semana en el Palacio de Convenciones de La Habana.
El político presentó el informe sobre la implementación de los acuerdos del 8vo Congreso del PCC, celebrado en abril último, y calificó como amplios y enriquecedores los debates realizados hasta la fecha respecto a ese proceso.
Morales refirió que la organización garantizó los aseguramientos políticos a sectores e iniciativas de importancia estratégica para el desarrollo económico y social del país, entre ellas el plan de medidas para enfrentar la situación actual y la llamada Tarea Ordenamiento, que implicó una reforma monetaria y cambiaria.
También el PCC evaluó la aplicación de las 63 disposiciones aprobadas para potenciar la producción de alimentos y su comercialización; la atención a todos los actores económicos; el reinicio del curso escolar 2021-2022 y los procesos de consulta popular del Código de las Familias.
De igual manera, el Buró Político aprobó las prioridades, precisiones y acciones surgidas a partir de los principales planteamientos en los encuentros del presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, con diversos sectores de la sociedad cubana.
Según un reporte del diario nacional Granma, entre las problemáticas de la ciudadanía están las demoras en la implementación de las estructuras de base de las políticas aprobadas, la existencia de trabas y lentitud en los procesos y la importancia de dar una mayor atención a los jóvenes.
Los participantes en el foro partidista aprobaron el informe y las modificaciones de los Estatutos de la organización, que ratifican los principios fundamentales del Partido como fuerza política dirigente superior de la sociedad y el Estado.
Estos documentos, además, introducen conceptos sobre el crecimiento y la estructura del PCC y plasman la responsabilidad de este en el enfrentamiento a la subversión político-ideológica, en momentos en que Cuba es diana de una guerra no convencional instigada y financiada desde Estados Unidos.
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