La edificación es un ejemplo del racionalismo arquitectónico, construida en 1961 con 13 pisos de altura y 19 habitaciones en cada uno, todas con vista al frente y un estilo vanguardista. Ocupa una manzana en pleno corazón administrativo, jurídico y comercial de Asunción.
Llegó a estar en el privilegiado grupo de la decena de mejores hoteles de Sudamérica y acogió a significativas personalidades de la música y el cine, políticos e incluso jefes de Estado.
Resultó ser el primer establecimiento de su tipo con la categoría de cinco estrellas en la urbe y, por muchos años, la principal referencia del Centro Histórico.
Tras un tiempo de decadencia -en 1996 fue cerrado- por no recibir inversiones para el necesario mantenimiento y demás, lo restauraron y abrió nuevamente en 2008, rescatando así ‘la historia y mística originales de un edificio emblemático’, como lo calificó un cronista de la época.
Entre los atributos destacables, el Guaraní cuenta con una amplia terraza de 1 500 metros cuadrados y una piscina al aire libre, cuya medida es de 160 metros cuadrados. Además, tiene cuatro amplios salones ideales para realizar eventos corporativos y sociales, gimnasio, sauna y otros servicios.
Pero eso es lo que caracteriza por lo general a los hoteles de su categoría. En este, lo importante para la referida designación fue su arquitectura que, como en muchos ámbitos de la ciudad,se combina con paisajes teñidos de un abundante verdor.
No por gusto existe el lema: ‘Asunción, capital verde’.
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