Bedjo Untung, de 73 años, ahora director del Instituto Indonesio para el Estudio de la Masacre, exigió una disculpa completa y una explicación de las autoridades británicas.
Nosotros, como víctimas, estamos enojados. La reconciliación es imposible sin la verdad, así que revelen la verdad, dijo.
Con solo 17 años, Bedjo se había unido a una organización estudiantil con ideología ‘antiimperialista y socialista’, y por esa razón tanto él como su padre sufrieron prisión.
Aunque pasaron décadas, fue hace unos días que se desclasificó un informe secreto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, que calificó la matanza como ‘uno de los peores asesinatos en masa del siglo XX’.
La semana pasada, el diario británico The Observer publicó pruebas de que Gran Bretaña jugó un papel en la incitación a los asesinatos.
Se estima que al menos 500 mil personas fueron asesinadas entre 1965 y 1966 por el ejército, las milicias y los vigilantes de Indonesia.
Documentos desclasificados muestran cómo el Departamento de Investigación de Información, brazo de propaganda de la Guerra Fría del Ministerio británico de Relaciones Exteriores, se benefició de las secuelas del fallido golpe de Estado del 30 de septiembre de 1965.
En su momento, Londres culpó al Partido Comunista de Indonesia y a China por el Golpe, y funcionarios de su embajada pidieron eliminar esa agrupación política y todas las organizaciones comunistas.
Según las nuevas evidencias, hicieron creer que la propaganda negra estaba escrita por ‘patriotas indonesios’ en el exilio, pero en realidad fue redactada por agentes británicos en Singapur.
Los asesinatos también allanaron el camino para que el general Suharto tomara el poder del presidente de izquierda Sukarno y estableciera una dictadura corrupta que duró 32 años.
Bedjo añadió que en nueve años de prisión bajo el régimen de Suharto fue torturado, sometido a descargas eléctricas y golpizas, y obligado a trabajar en las plantaciones.
Insto al Reino Unido, Estados Unidos, Australia y otros países que se beneficiaron de la masacre de indonesios inocentes, miembros del Partido Comunista de Indonesia y partidarios de Sukarno, a que admitan su responsabilidad, expresó.
El pasado año, el rey de los Países Bajos, Willem-Alexander, se disculpó por la ‘violencia excesiva’ infligida a Indonesia durante el Gobierno colonial de su país, que terminó en 1949, pero Londres se niega hasta ahora a tomar una decisión similar.
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