Una velada sublime que dejó dos mensajes: la cultura está de regreso a la normalidad y el bel canto merece su sitio universal. Todo a pocos metros de la siempre concurrida Puerta del Sol y con el influjo también de numerosos viajeros foráneos que retoman la práctica del turismo.
En realidad, fueron dos conciertos, uno después del mediodía y el otro, más concurrido, en una fría noche otoñal, con buenas sensaciones dentro de un ambiente apacibles y relajado.
Una carroza del Teatro Real en la Plaza de Isabel II permitió apreciar primero la sonoridad de tres violines y un violoncelo, de solistas de la Orquesta Titular de la instalación, quienes interpretaron el Cuarteto de Cuerdas nú15 de Wolfgang Amadeus Mozart.
La delicadeza de la música hizo el milagro del silencio, únicamente interrumpido por las ovaciones, también con la Suite Música acuática de Georg Friedrich Händel, en una versión para quinteto de instrumentos de metales.
Fue el 25 de octubre de 2019 cuando tuvo lugar el primer Día Mundial de la Ópera, una iniciativa de las tres asociaciones profesionales, Ópera Europa, Ópera América y Ópera Latinoamérica en colaboración con la Unesco y el Instituto Internacional de Teatro.
Luego del impasse obligado por la pandemia, este próximo lunes el bel canto volvió a las calles madrileñas por todo lo alto.
La jornada se denominó Opera Reboot (Reinicio de la ópera), para significar que la vida cultural vuelve a la normalidad.
Al mismo tiempo, la plataforma del Teatro Real MyOperaPlayer ofreció el acceso gratuito a tres títulos: Lohengrin, de Richard Wagner; Turandot, Giacomo Puccini; y Così Fan Tutte, de Mozart.
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