Desde las 00:00 de esta jornada, en las redes sociales múltiples mensajes e imágenes dieron cuenta de acciones de protesta realizadas en Pastaza, Azuay, Pichincha, Tungurahua y Cotopaxi.
El movimiento indígena, agricultores, estudiantes y trabajadores en general forman parte de las concentraciones, que se extenderán durante todo el día y comenzaron en ciudades como Ambato, Puyo, Santo Domingo, Cayambe y Latacunga.
Las principales demandas de los manifestantes están relacionadas con el rechazo del pueblo a medidas económicas como el alza en los precios de los combustibles (gasolina y diésel), que según muchos coinciden, es insostenible y provoca, a su vez, incrementos en la canasta básica de alimentación y en otros productos de primera necesidad, así como en el transporte.
Otros reclamos son garantizar el presupuesto requerido para el buen funcionamiento de los sistemas de salud y educación, primordiales en la sociedad, así como frenar los recortes en esos sectores.
Aprobar el proyecto de Código Laboral recién presentado al parlamento por el frente Unitario de Trabajadores, que reúne a múltiples organizaciones; y desechar la propuesta de Ley de Creación de Oportunidades por representar regresión en los derechos, son otros pedidos.
En esta capital Prensa Latina constató desde temprano el despliegue de uniformados en zonas aledañas al Palacio de Carondelet, sede de la presidencia de la República.
El dispositivo de seguridad en el centro de la urbe fue anunciado la víspera por el mandatario, Guillermo Lasso, ante las reiteradas convocatorias a la jornada de resistencia y lucha, que podría ser por tiempo indefinido, de acuerdo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas y el Frente Unitario de Trabajadores.
La Unión Nacional de Educadores, que exige la implementación de la Ley Orgánica de Educación Superior, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador y el Frente Popular son algunas de las organizaciones sumadas al paro nacional.
Desde el sector del transporte, varias operadoras dejaron de salir en ls primeras horas y comenzaron a laborar a partir de las nueve, en señal de desacuerdo con el aumento en los precios de los combustibles.
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