Según activistas locales citados por el medio noticioso, los refuerzos fueron introducidos a través del cruce ilegal de Khirbet al-Jawz en el oeste de Idlib, e incluyeron armas avanzadas, municiones y material logístico.
Las fuentes detallaron que este convoy se dirigió a las decenas de puntos militares turcos y otros de organizaciones extremistas que patrocina Ankara en el oeste de Idlib y la meseta Jabal Al-Zawieh.
Las fuerzas armadas turcas ingresaron hace una semana una columna conformada por 31 vehículos blindados y camiones cargados con equipos logísticos, municiones, armas y bloques de cemento.
Esto ocurre un día después que el Parlamento de Turquía extendiera hasta octubre de 2023 el mandato que autoriza las operaciones de las fuerzas armadas en el país en el norte de Iraq y Siria.
Fuentes militares sirias afirmaron que el objetivo de estos refuerzos es fortificar las organizaciones terroristas antigubernamentales ante cualquier posible ofensiva del ejército sirio para liberar las zonas de Idlib que aún están bajo el yugo de los radicales.
El canciller de Siria, Faisal al-Mekdad, exigió recientemente al Gobierno turco sacar sus tropas que ocupan ilegalmente el territorio de la nación árabe y permitir la recuperación de las relaciones normales entre los dos países vecinos.
Denunció que los grupos armados que patrocina Ankara en el noroeste de Siria están clasificados como organizaciones terroristas según las regulaciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Turquía controla ilegalmente desde 2018 amplias zonas en el norte de Siria y mantiene 114 posiciones y puntos militares, que se distribuyen en cinco provincias: Alepo (56), Idlib (45), Raqa (nueve), Hasakeh (cuatro) y Latakia (dos).
En varias ocasiones, Damasco denunció esa presencia y la calificó de ocupación, además de asegurar que la misma impide la liberación completa de su territorio del terrorismo.
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