Del 26 al 28 de octubre último numerosas ciudades del país fueron epicentro de movilizaciones, marchas y bloqueos de vías para mostrar al ejecutivo los problemas que golpean a la clase trabajadora y otros sectores de la sociedad.
EL movimiento indígena, estudiantes universitarios, docentes, grupos de mujeres, agricultores y transportistas se unieron en acciones progresivas.
El principal detonante de las concentraciones fue el alza en los precios de los combustibles, decretado por el presidente de la república, Guillermo Lasso, para luego congelar los nuevos valores.
Los colectivos que protestan coinciden en que la medida resulta un paquetazo, pues los costos de la gasolina y el diésel son insostenibles y provocan a su vez el incremento de los precios en los productos de primera necesidad.
Otros reclamos estuvieron relacionados con el rechazo generalizado a los recortes en el presupuesto de la salud y la educación superior.
Por su parte, la Unión Nacional de Educadores exige la implementación de la Ley Orgánica de Educación Intercultural, que comprende, entre otras normativas, un aumento ene l salario básico de los maestros, así como mejoras en el sector.
Representantes de la empresa eléctrica de Quito también manifestaron descontento con planes en marcha que, a su juicio, son indicativos de la privatización de la empresa, con lo cual están en desacuerdo.
Asimismo, quienes salieron a las calles respaldan el nuevo código laboral presentado a la Asamblea Nacional (parlamento) por el Frente Unitario de Trabajadores, una de las organizaciones que convocó al paro, junto a la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
La propuesta es una alternativa a la Ley de Creación de Oportunidades, del gobierno, que para muchos solo representa un retroceso considerable en los derechos logrados por la masa obrera.
Las acciones se extendieron desde el martes hasta el jueves, y la víspera, y el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, anunció que recesarán durante los días del feriado que comenzó hoy y se extenderá hasta el miércoles 3 de noviembre, por el Día de los Difuntos y los 201 años de independencia de la ciudad de Cuenca.
oda/scm