En una entrevista para el canal de televisión Rusia 24, el funcionario significó la importancia de esa región para Moscú, “porque con los aliados de Asia central no tenemos ninguna frontera, con casi todos tenemos regímenes de entrada sin visado”.
De ahí que situó “en primer lugar” para Rusia, la necesidad de evitar la desestabilización de los países vecinos y el desbordamiento de amenazas terroristas y de drogas desde Afganistán y de suprimir esos peligros dentro de la propia nación centroasiática.
El pasado 27 de octubre, en la reunión organizada por Irán con los países vecinos de Afganistán, el ministro convocó a la comunidad internacional a intensificar los esfuerzos para prestar ayuda financiera, económica y humanitaria a ese país.
En su videomensaje dijo que llegó el momento de “movilizarnos para recaudar fondos” ante la situación de “colapso socioeconómico y de catástrofe humanitaria” que padece el pueblo afgano.
Lavrov advirtió que Afganistán tiene que empezar de cero, renacer de las ruinas que dejaron dos décadas de intervención de Estados Unidos y del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la imposición de su modelo de gobierno.
Recordó que la restauración de los sistemas de educación, de salud pública y de las infraestructuras del país implica grandes gastos. “En ese sentido, quisiera recalcar que aquellos que llevaron a Afganistán a esta situación deben asumir la mayor responsabilidad”, apuntó.
Instó a promover acciones y medidas concretas bajo la coordinación de la Organización de Naciones Unidas. “Espero que los países de Occidente hayan dejado ya a un lado su costumbre de reunirse solo por reunirse. Es hora de actuar”, enfatizó.
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