Varías sequías consecutivas en los últimos cinco años, tormentas de arena causadas por la erosión del suelo y la deforestación de las últimas dos a tres décadas se aliaron a la pandemia de la Covid-19 para crear una tormenta perfecta que impide al país cultivar y recoger las cosechas, afirmó ese organismo de la ONU.
Tenemos algunos focos de fase cinco de la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria, lo que significa condiciones similares a la hambruna. Esta es básicamente la única, quizá la primera, hambruna por el cambio climático en la tierra, dijo el director adjunto del PMA en Madagascar, Arduino Mangoni.
La cantidad de personas en fase tres y superior es ahora mayor que en 2016 durante la crisis que desencadenó el fenómeno meteorológico de El Niño, en tanto las previsiones para los próximos meses son de una situación muy alarmante, dijo Mangoni.
A diferencia de las otras hambrunas en Yemen, Sudán del Sur y Etiopía, provocadas por los conflictos, la crisis de Madagascar es probablemente el resultado de factores climáticos devastadores, señaló el funcionario del PMA.
También agravan la situación los precios altos, sobre todo de los alimentos, incluida el agua, añadió.
Según el PMA, se estima que unos 500 mil menores de cinco años están desnutridos, de los cuales 110 mil sufrirán desnutrición grave de aquí a abril de 2022.
Para ayudar a los más necesitados, el PMA amplió los programas de racionamiento y nutrición y prevé llegar a más de un millón de personas en fase de emergencia a partir de diciembre, el momento álgido de la temporada de escasez, para lo cual solicitó 69 millones de dólares.
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