En un enlace por vídeoconferencia con su homólogo Alexandr Lukashenko, el mandatario subrayó que para su país, Belarús es más que un buen vecino y el aliado más cercano, cuya cooperación se basa en los principios de respeto mutuo, apoyo y consideración de los intereses de los demás.
“Es una República verdaderamente fraterna, un pueblo fraterno, y nos esforzamos en hacer todo lo posible para que siga siendo así para siempre”, enfatizó Putin en la reunión del Consejo de Estado Supremo del Estado de la Unión.
Significó que las economías de las dos naciones están entrelazadas e interconectadas, lo cual lo demuestra que Rusia constituye el principal socio comercial de Belarús con casi la mitad del volumen de negocios del comercio exterior de ese país.
“Ocupamos el primer lugar en términos de inversión directa en la economía belarusa, con alrededor de cuatro mil millones de dólares, mientras unas dos mil 400 empresas rusas operan en la República”, aseguró.
A su vez, Belarús ocupa el primer lugar entre los socios comerciales de Rusia en la Comunidad de Estados Independientes y el cuarto en el mundo, con una participación de alrededor del 5,0 por ciento en el comercio.
Según el jefe de Estado, a pesar de la pandemia de la Covid-19, la cooperación económica bilateral mostró una dinámica positiva, con un crecimiento del comercio de 36 por ciento (24 mil millones de dólares) entre los meses de enero y agosto de este año.
Apuntó, además, que tanto la cooperación sectorial como la industrial en diversos ámbitos se desarrollan de forma activa, con la creación de nuevas cadenas de producción conjunta y la expansión de la infraestructura de transporte común.
Entre otros ejemplos, el presidente ruso citó, además, los nuevos proyectos conjuntos en la esfera de las altas tecnologías, incluida la construcción de la central nuclear de Belarús, cuyo primer reactor fue encargado este año.
“En nuestros esfuerzos de integración no vamos a estar satisfechos con lo ya logrado”, enfatizó Putin, y se refirió a la aprobación este jueves de un documento integrador con las principales disposiciones para el establecimiento del Estado de la Unión entre 2021 y 2023.
El compromiso cubre 28 programas sectoriales destinados a llevar a cabo una estrategia macroeconómica coordinada, la introducción de principios uniformes de fiscalidad, la aplicación de una política común en las esferas crediticia, financiera y bancaria.
La propuesta, que ya fue discutida y revisada por especialistas de ambas partes, también incluye la integración en los sectores de la industria y la agricultura, así como la regulación coordinada de mercados de servicios unidos de petróleo, gas, electricidad y transporte.
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