En la Declaración sobre Transición Justa, acordada en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) en Escocia, se reconoció la necesidad de garantizar que nadie se quede atrás en la transición hacia economías limpias, en particular quienes trabajan en sectores, ciudades y regiones dependientes de industrias y producciones intensivas en carbono.
El texto recoge las directrices de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para lograr economías y sociedades ambientalmente sostenibles y bien gestionadas, trabajo decente para todos, inclusión social y erradicación de la pobreza.
Firmaron la Declaración Estados Unidos, Reino Unido, los 27 Estados miembros de la Unión Europea, Noruega, Canadá y Nueva Zelanda, y representa la continuación de las promesas hechas en la cumbre por más de 40 países de abandonar el carbón.
“Para la OIT, una transición energética justa es urgente, indispensable y posible. Hay evidencias claras de que habrá más ganancias para la economía y las personas que
pérdidas”, afirmó el director del departamento de empresas de la OIT, Vic Van Vuren.
En el documento los países se comprometieron a apoyar a los empleados, las comunidades y las regiones especialmente vulnerables a los efectos del abandono de las economías intensivas en carbono.
Promover el diálogo social y el compromiso entre los gobiernos, los representantes de los empleadores y de los trabajadores, y otros grupos afectados por la transición a las economías verdes.
Asimismo, aplicar estrategias económicas que respalden las energías limpias, fomenten un crecimiento económico eficiente en el uso de los recursos, generen ingresos y empleos decentes, y reduzcan la pobreza y la desigualdad.
La OIT apoyará la puesta en práctica de esas propuestas mediante la promoción y aplicación de las Normas Internacionales del Trabajo.
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