La exhibición especial quedó instalada en la Capilla del Hombre y la Casa-Museo Oswaldo Guayasamín, en esta capital, a propósito de la conmemoración del 60 aniversario de relaciones diplomáticas entre ambos países.
«La Moda de los Fantasmas», combinación de colores resplandecientes e imágenes modernas, es una de las muestras que recibe al visitante en la sala Maruja Monteverde para enfrentarlo al pasado y el presente, con obras pintadas al óleo sobre lienzo de tamaño similar al de una persona.
En ellas, el artista llevó dibujos de piezas de ropa realizados en la pantalla de su teléfono celular con un lápiz montado en el dispositivo, al método tradicional de la pintura.
De la casa-museo, el recorrido lleva a la Capilla el Hombre, donde numerosas esculturas tridimensionales y rostros develan relatos íntimos, sucesos sociales, al hombre de a pie con sus diversas expresiones, según las circunstancias.
«Ceguera», que al decir del autor es una metáfora, pues cada pieza tiene los ojos bien abiertos, y «Rostros», un acercamiento al ser humano desde el cariño, cierran la exposición, mostrada al mundo, por primera vez, en un lugar tan emblemático como el espacio que acogió la mayor parte de la vida y obra de Oswaldo Guayasamín, el Pintor de Iberoamérica.
Para el creador, las series tienen un especial significado porque demuestran su respeto por Guayasamín, quien como él, reflejó condiciones del ser humano, desde sus más profundos dolores y experiencias hasta la esperanza y la fuerza para resistir.
La situación de la pandemia de la Covid-19 demanda autorreflexión e introspección sobre los humanos codiciosos y el capitalismo impregnado de manchas, considera Ahn ChangHong.
En ese sentido interpretó los problemas del siglo XXI, lo cual también logró el artista ecuatoriano, al plasmar la humanidad de la centuria anterior.
De forma singular y diferente, ambos creadores marcan fenómenos sociales y llaman al mejoramiento, desde el arte.
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