Tras décadas de gestiones realizadas por los coreanos que viven en Japón, finalmente se erigió un obelisco en memoria de los casi 10 mil ciudadanos de la península que perdieron la vida tras el ataque de Estados Unidos a Nagasaki, destacó este domingo el rotativo Asahi Shimbun.
El monumento de tres metros de altura está hecho de piedras de una cantera de Corea del Sur.
Fue construido con donaciones y fondos del gobierno surcoreano, según un comité formado para el proyecto, que incluía a funcionarios de la asociación de residentes en Japón.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) un elevado número de coreanos fueron reclutados y movilizados contra su voluntad como trabajadores, soldados o civiles para el ejército imperial japonés en los últimos días de la Guerra del Pacífico, cuando la península estaba bajo el dominio de Tokio.
Unas setenta mil personas oriundas de ese país vivían en la prefectura de Nagasaki en agosto de 1945, incluidas las que emigraron a la ciudad durante los años anteriores a la guerra, de ahí que varios miles de coreanos perdieron la vida durante el bombardeo atómico.
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