Los obispos católicos se reunieron durante el fin de semana en el santuario de Lourdes, llevando a cabo “un vasto programa de renovación de las prácticas de gobierno” en la Iglesia de Francia, según señaló el obispo de Moulins-Beaufort.
La CEF votó este lunes a puerta cerrada todas las decisiones adoptadas durante la asamblea plenaria, entre las que se encontraba la petición de ayuda al Papa para que “envíe a alguien de su confianza para que examine con nosotros cómo hemos tratado y tratamos a las víctimas y a sus abusadores”, dijo el presidente.
Los prelados franceses analizaron también la marcha del informe de la Comisión Independiente sobre Abusos Sexuales en la Iglesia (CIAS), presidida por Jean-Marc Sauvé, que reveló el alcance de la pedocriminalidad en el seno de la institución.
El viernes, bajo la presión del informe Sauvé y de las asociaciones de víctimas, los 120 obispos reconocieron la «responsabilidad» de la Iglesia católica en los delitos sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos y su dimensión «sistémica» desde 1950.
El obispo de Moulins-Beaufort subrayó que «esta responsabilidad conlleva un deber de justicia y reparación», sin embargo este es un tema polémico dentro de la CEF, pues tras meses de debates aún no hay consenso sobre qué tipo de compensación se debe ofrecer a las víctimas.
Sin ofrecer detalles, el representante de la Iglesia católica francesa aseguró que se habían creado “una serie de grupos de trabajo para reflexionar sobre diferentes aspectos de nuestra gobernanza diocesana o nacional y hacer propuestas concretas”, las cuales “constituyen un amplio programa de renovación de nuestras prácticas de gobierno”, dijo.
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