Durante los exámenes, el aparato realizó despegues y aterrizajes en la superficie del agua y participó en un ejercicio de rescate con el lanzamiento del chaleco salvavidas y de un salvavidas a una persona que requería auxilio.
El dron también practicó el vuelo con un altavoz y un reflector, indicó el servicio de prensa de la compañía, según la agencia de noticias TASS.
Las pruebas se realizaron de conjunto con la empresa rusa Gazprom Nedra, que perfora dos pozos en el mar de Kara, en el océano Glacial Ártico, al norte de Siberia.
El objetivo de CCB era probar el rendimiento del primer dron de rescate ruso bajo la influencia de factores ambientales agresivos, como una velocidad del viento no superior a ocho metros por segundo con ráfagas de hasta 15 metros por segundo.
Otros retos para Seadrone ME fueron trabajar en óptimas condiciones frente a temperaturas del aire bajo cero, una humedad del 80 al 100 por ciento y una altura de las olas de uno a dos metros.
El dron es capaz de operar en latitudes septentrionales, lo que lo hace apto para operar en el Ártico, incluso en mar abierto y en condiciones de niebla salina, indicó la compañía rusa.
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