En una reunión por vídeoconferencia del Consejo de Jefes de Gobierno de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Asadov expresó que Bakú cumple con los puntos de la declaración trilateral del 9 de noviembre del pasado año sobre la devolución de los prisioneros de guerra.
Detalló que de los 122 militares y detenidos entregados a sus respectivos países desde el 22 de diciembre de 2020, 105 regresaron a Armenia y 17 a Azerbaiyán, reportó la agencia de noticias TASS.
Sobre la situación de 62 efectivos armenios hechos prisioneros en territorio azerbaiyano luego de la firma de la declaración trilateral para el cese total de las hostilidades, apuntó que fueron detenidos después de la guerra.
“Entraron en nuestro territorio con un propósito de sabotaje y el estatus de prisioneros de guerra no se les aplica. Al mismo tiempo, Azerbaiyán devolvió 29 de ellos a la parte armenia. 33 personas de ese grupo fueron condenados por nuestros tribunales y afrontarán cargos”, indicó.
El conflicto en las inmediaciones de Nagorni-Karabaj se intensificó el 27 de septiembre del año pasado, cuando comenzaron los enfrentamientos entre fuerzas de ambos países hasta el 9 de noviembre de 2020.
Entonces, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin; de Azerbaiyán, Ilham Aliyev; y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, firmaron una declaración conjunta sobre el cese total de los enfrentamientos en esa región.
En lo adelante, las fuerzas azerbaiyana y armenia se detuvieron en sus posiciones ocupadas, varias regiones quedaron bajo el control de Bakú y Rusia desplegó fuerzas de paz a lo largo de la línea de contacto y el corredor de Lachín.
Tras el fin de las operaciones militares, siete distritos colindantes a Nagorni-Karabaj quedaron bajo el control de Bakú y las provincias armenias de Siunik y Gegharkunik comenzaron a compartir frontera con Azerbaiyán.
La situación de calma cambió a partir del pasado 12 de mayo, cuando el Ministerio de Defensa armenio acusó a las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán de intentar realizar «ciertos trabajos» con el fin de «ajustar la frontera» en uno de los puntos limítrofes con la provincia de Siunik.
A partir de ese momento, Erevan y Bakú reportaron frecuentes incidentes en la línea divisoria entre ambos países.
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