Según subrayó un comunicado de la organización enviado a Prensa Latina, se trata de “la provocación indigna, mediática y mercenaria que un grupúsculo de revoltosos está preparando para quebrantar la tranquilidad ciudadana”.
Quieren interferir este 15 de noviembre en la reapertura del curso escolar y de las fronteras a los viajeros internacionales, acotó la asociación al expresar su apoyo al Gobierno cubano “en todas las medidas que se tomen con el fin de salvaguardar la paz y las conquistas históricas que nuestro heroico pueblo alcanzó”.
El pasado 10 de noviembre el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, rechazó la injerencia del Gobierno de Estados Unidos en los asuntos internos de la nación antillana y el respaldo a los intentos de desestabilización social.
En un encuentro con el cuerpo diplomático acreditado en La Habana, alertó que su país no permitirá la agresión persistente de Washington y denunció las maniobras, agudizadas en los últimos meses a favor de la desestabilización interna, para dañar la paz social con el objetivo de afectar las celebraciones.
“Con el estricto apego a nuestra Constitución y el consenso que nos caracteriza, el pueblo defenderá el orden público”, advirtió Rodríguez.
La Casa Blanca ratificó ayer su espaldarazo a esas acciones desestabilizadoras y dijo estar «monitoreando activamente» lo que suceda durante una anunciada marcha para este lunes, declarada inconstitucional por las autoridades cubanas.
En ese sentido, la subsecretaria de Estado Adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Emily Mendrala, amenazó con más sanciones de no permitirse tales acciones de desobediencia civil.
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